El precio del hambre
En un país en el que el 75% de las necesidades alimentarias proviene del exterior, es casi seguro hablar de inseguridad alimentaria, pero aún lo es más cuando los precios de los alimentos suben como la espuma y llega el periodo de escasez. Los programas especiales de intervención se vuelven rutinarios cuando año tras año, y ya desde el 2004, hay que poner en marcha medidas para paliar la subida de los precios mediante la donación de alimentos o la puesta en marcha de tiendas que venden alimentos subvencionados. Estas medidas ayudan a compensar la subida y a que los comercios cercanos bajen sus precios por competencia.
Mauritania, como otros países de la región del Sahel, sufre del mal del hambre, un 29% de la población rural se ve afectado por la inseguridad alimentaria. Esta crisis acentúa la vulnerabilidad de los sistemas de producción pastoral tradicionales, especialmente de los sistemas nómadas que son la principal fuente de alimentos y de ingresos. Muchas personas dependen del ganado para su subsistencia y que ve amenazada su existencia por la escasez de pastos.Los más vulnerables ante esta situación son como siempre los niños que verán medradas sus oportunidades de desarrollo futuro sufriendo muchos de ellos de hambre. La malnutrición aguda severa, que provoca un adelgazamiento extremo y puede llevar a la muerte, es una de las formas de malnutrición que más esta afectando en el país, las cifras de las ultimas encuestas así lo revelan. El programa de nutrición de UNICEF, junto con sus contrapartes esta haciendo especial énfasis en el tratamiento de este tipo de malnutrición
