Diario de una misión (1): Lo que encontramos en el camino
Una de las tareas como especialista en nutrición en este país es de hacer supervisiones sobre el “management” de la malnutrición aguda severa. Esta es mi segunda misión, en esta ocasión nos desplazamos a las regiones de Gorgol et de Guidimakha, una zona muy próxima a Senegal y a Malí y cuyos habitantes son de etnias son muy variadas pero con predominio de población negra como los Haarpulars y los Soninkés. Es la zona más húmeda y “verde” del país.
La época de lluvias va a comenzar en unas
semanas y parece que la poca flora existente pide a gritos un poco
de agua. Ya desde nuestra salida en convoy de Nouakchott hemos
encontrado todo tipo de dificultades a solventar en cada ocasión,
pero esto es la “realidad del Sur”. Ya de ruta, el
paisaje va cambiando poco a poco: pasamos de las dunas de arena
ocre oscuro a la salida de Nouakchott hasta la zona de sabana de
Kaédi y “el bosque” de Selibaby. El estampa de los
pueblos
también cambia al pasar por Said, Boutilimit la visión se inunda
del color blanco y azul de las tiendas que componen los pueblos y
en las que las poblaciones se alojan, ya en Leixeba y hasta Ould
Yengue, las casas están hechas en su mayoría de
“
banco” o barro y paja y nos acercan más a otra
realidad, la de los pueblos más pobres del país que se asimilan a
el país de Kirikú (película animada de Michel Ocelot). Bajo una
tienda nos ofrecen al convoy arroz, pescado y batatas, tras tomar
los tres vasos de te un anciano, antiguo combatiente, de forma muy
cinematográfica y cómica no para de contarnos batallas e historias
en hassanya. L
a hospitalidad del pueblo mauritanoes destacable y comparten con el extraño todo lo que tienen. Pero
la ruta es larga, y aunque el cansancio hace mella debemos
continuar
Cerca de Boghé nos encontramos con las tiendas
que el
Alto Comisionado de Naciones Unidas para los
Refugiados. Se trata de refugiados mauritanos que han
pasado muchos anos en Senegal y que de forma voluntaria y con apoyo
del gobierno están volviendo a su país y en concreto a los sitios
elegidos de la región de Brakna. Ahora mucho queda por hacer por
ellos: ofrecer carnets de identidad, donación de tierras, permisos
de construcción, la alimentación, el acceso al agua potable,
cuidados de salud, búsqueda de actividades generadoras de ingresos,
educación, es comenzar una vida nueva. Todas las agencias de
naciones unidas colaboran en este proceso. Es un ejemplo de buena
coordinación y de voluntad política.