Consejos básicos para el Bienestar Emocional de niños, niñas y adolescentes afectados por situaciones de conflicto armado

Las bases del bienestar psicosocial son:

  • El disfrute de los derechos y acceso a las necesidades básicas (alimentación, vivienda, sustento, atención médica, educación, participación).
  • La sensación de seguridad, que proviene de vivir en un entorno seguro y de apoyo, con un entorno familiar o cuidador.

Cuando este bienestar se ve interrumpido por una guerra o crisis humanitaria, puede provocar un impacto en el desarrollo psicológico y social de los niños, niñas y adolescentes.

¿Qué reacciones podemos esperar de los niños, niñas y adolescentes?

Cada niño, niña y adolescente, responde de forma diferente a situaciones difíciles, algunas de éstas son reacciones normales al principio, si no remiten en 1 mes aproximadamente, es cuando se debe acudir a un profesional experto y/o a su Centro de Salud de Atención Primaria.

Estas reacciones y comportamientos, no siempre se manifiestan de igual forma en los niños, las niñas y los adolescentes, y pueden verse influidos por haber sufrido situaciones traumáticas o algún tipo de violencia (sexual, de género, trata de personas u otras…).

Podría ser que en el tiempo que haya pasado en tránsito hasta llegar aquí, usted o alguno de los niños, las niñas o los adolescentes que viajan con usted, hayan podido sufrir alguna de esas situaciones que les haya dejado alguna secuela emocional.

Lo más importante en todo momento es su escucha, atención, acompañamiento, calidez y afecto. Asimismo, ante cualquier signo de haber vivido alguna de estas situaciones, asegúrese de pedir ayuda. Aquí tiene una lista de contactos donde puede pedir ayuda.

Niños y niñas de 0 a 3 años

  • Se aferran más a sus padres y madres.
  • Vuelven a tener comportamientos que tenían cuando eran más pequeños.
  • Sufren cambios en el sueño y la alimentación.
  • Lloran más o están más irritables.
  • Tienen miedo de cosas que antes no los asustaban.
  • Están agitados y tienen dificultad para concentrarse.
  • Tienen poco o ningún interés en jugar o juegan solo por períodos breves.
  • Hacen juegos repetitivos o juegan más agresivamente y de manera violenta.
  • Pueden oponerse más y ser más exigentes.
  • Pueden ser muy sensibles a la manera en la que reaccionan los demás.

Niños y niñas de 4 a 6 años

  • Empiezan a aferrarse a sus padres y madres u otros adultos.
  • Vuelven a tener comportamientos de etapas anteriores, como chuparse el dedo o hacerse pis encima (enuresis).
  • Dejan de hablar.
  • Reducen o aumentan su actividad.
  • Dejan de jugar o empiezan a jugar a juegos repetitivos.
  • Sienten ansiedad y se preocupan de que sucederán cosas malas.
  • Sufren alteraciones en el sueño, como tener pesadillas, y cambios en la alimentación.
  • Se confunden fácilmente.
  • Tienen dificultad para concentrarse bien.
  • Asumen en ocasiones roles de adultos.
  • Están más irritables.

Niños y niñas de 7 a 12 años

  • Reducir o aumentar su actividad física.
  • Sienten y se comportan de forma confusa.
  • Evitan el contacto social.
  • Hablan de un acontecimiento de manera repetitiva.
  • Son reacios a asistir a la escuela.
  • Sienten y expresan temor.
  • Notan que tienen menos memoria, concentración y atención.
  • Sufren cambios en el sueño y el apetito.
  • Están más agresivos, irritables o inquietos.
  • Sufren malestares somáticos (síntomas físicos relacionados con el estrés).
  • Están preocupados por las otras personas afectadas.
  • Sufren sentimientos de culpabilidad y auto reproche.
  • Presentar enuresis (incontinencia urinaria).

Adolescentes

  • Se sienten cohibidos, con culpa o vergüenza.
  • Están preocupados por otras personas afectadas.
  • Pueden volverse absortos en sí mismos.
  • Experimentan cambios en sus relaciones con otras personas. Sienten desesperanza.
  • Sufren hipersensibilidad.
  • Adoptan conductas de riesgo.
  • Presentan agresividad y conductas de desafío a las autoridades y cuidadores.

Familiares y cuidadores

Los familiares y cuidadores también estáis viviendo la situación de crisis humanitaria, por lo que también es común experimentar reacciones diversas como:

  • No sentirse capacitado para gestionar la situación y sentir desesperación.
  • Sentir dificultad a la hora de establecer comunicación con los niños, niñas y adolescentes.
  • Sentirse exhausto y con dificultad para concentrarse.
  • Sufrir cambios en los hábitos de alimentación, de sueño y autocuidado.
  • Malestar físico (dolor de cabeza, contracturas, dolor de barriga...).
  • Miedo, tristeza o irritabilidad.

Cuidarse a uno mismo no es egoísta, de hecho, es responsable. Significa poder seguir siendo eficaz para ayudar a otros.

Evitar la sobreinformación: Es importante estar bien informado, pero con informarse una o dos veces al día es suficiente. Es recomendable no estar todo el día pendiente de tener noticias, sino tener ratos de desconexión. Cuando nos informemos, lo haremos seleccionando información positiva.

Algunas pautas básicas para el autocuidado son:

  • Date espacios de descanso y desconexión y permítete expresar tus emociones.
  • Pide ayuda cuando lo necesites y delega en otros adultos cuando no te sientas con fuerzas.
  • Intenta mantener hábitos de cuidado básico que te darán estabilidad y salud (dar un paseo, salir a la naturaleza, pasar tiempo con tus amigos...), ordenar ideas y entender que “hago todo lo que puedo”.
  • En la medida de lo posible, concéntrate en información práctica y procura no sobreexponerte a las malas noticias.

Bases para un buen apoyo

Un apoyo adecuado por parte de los familiares y cuidadores de su entorno inmediato es el factor más importante para que los niños, niñas y adolescentes se desarrollen y se recuperen de experiencias difíciles.

Tener en cuenta las emociones se contagian y el adulto es el referente emocional para la infancia.

Las bases para un buen apoyo son:

  • Sentido de seguridad: En la medida de lo posible, hacer que se sienta seguro, sin miedo y fuera de peligro (tanto físico como psicológico) en sus relaciones y su entorno físico.
  • Estabilidad: Si el entorno lo permite, que haya previsibilidad y consistencia a nivel social, emocional y físico. Ser una persona consistente y afectuosa con el niño, la niña o el adolescente le ayudará a ganar confianza.
  • Cuidado: Intentar siempre que se pueda, estar disponible y ser capaz de satisfacer las necesidades del niño, la niña o el adolescente con sensibilidad y coherencia.

Cómo ayudar a los niños, niñas y adolescentes a sentirse seguros y protegerlos de daños mayores

Niños y niñas de 0 a 12 años

  • Facilitándoles espacios para llorar y gritar.
  • Creando momentos de descanso para que se relajen (leer un cuento, darse un baño…).
  • Poniendo nombre a sus emociones y transmitirles que es normal que se sientan así.
  • Haciendo actividades con ellos y ellas.
  • Dándoles control de pequeñas tareas.
  • Estableciendo rutinas (horarios de comida, ejercicio...) y que el niño y la niña forme parte de la organización e introduzca actividades que le gustan (por ejemplo: leer, jugar, dibujar, etc.).
  • Haciendo actividad física y manteniendo una dieta equilibrada.
  • Flexibilizando los límites al principio, pero es importante que los niños y niñas sigan teniendo límites.
  • Darles información de lo que está pasando y lo que pasará a partir de ahora, con lenguaje comprensible, mensajes cortos y sencillos, de manera tranquila y pausada, pero sin mentir.
  • Manteniendo contacto con familiares lejanos a través de las tecnologías. Asegurar un entorno seguro y un objetivo positivo.
  • No dejar a los niños y niñas con otros responsables que desconoce y en los que no confía, sin haber creado antes un ambiente de seguridad.
  • Proteger a los niños y niñas sobre recuerdos perturbadores e imágenes trágicas para evitar sentimientos de preocupación, alarma y miedo.

Adolescentes

  • Recibiendo apoyo de la familia, pero también del grupo de amigos o iguales (de su misma edad).
  • Mostrándose disponibles para ellos y ellas, pero dejándoles su espacio.
  • Facilitándoles espacios para evadirse y espacios para desfogarse.
  • Conversando con ellos y ellas sobre lo ocurrido utilizando información precisa y con un lenguaje tranquilizador y acorde a su edad y capacidades.
  • Potenciando el optimismo, el sentido del humor y la sensación de control.
  • Estableciendo rutinas diarias con horarios marcados y dejar que formen parte de la organización y ejecución de las actividades (cocinar, organizar…).
  • Garantizando un acompañamiento a su itinerario educativo.
  • Permitiendo que el adolescente ayude a gestionar la situación.
  • Facilitando la implicación del adolescente en la gestión de algunas de las situaciones que vive la familia.
  • Intentando, dentro de lo posible, que actúe en función de su rol familiar, es decir, que no asuma más (cuidar hermanos pequeños, gestiones legales, traducciones…) ni menos (infantilizarlo).
  • Realizando actividades físicas y manteniendo una dieta equilibrada.
  • Siendo comprensivos y entendiendo la posible dificultad de adaptación a las nuevas circunstancias.
  • Estando atentos a conductas de riesgo (consumo de drogas, autolesiones, aislamiento…), ante las que se deberá acudir a un profesional experto y/o Centro de Salud de Atención Primaria.

Niños y niñas de 0 a 3 años

Tiene problemas de sueño, no quiere acostarse, no quiere dormir solo o se despierta por la noche gritando

  • De ser posible, que no duerma solo/a.
  • Seguir una rutina a la hora de acostarse: un cuento, una oración, abrazos, etc.
  • Comunicar que la rutina será diaria para que ya la espere antes de ir a dormir.
  • Transmitir mensajes de seguridad (verbales y físicos).

Le preocupa que algo malo le suceda a su cuidador o a su familiar

  • Recordarles que “ahora” están seguros, y si no es así, comunicarles qué se está haciendo para mantenerles seguros.
  • Realizar actividades positivas para desviar su atención (leer, jugar, etc.).

No quiere jugar o hacer nada. Apatía

  • Hacerles saber que está bien sentirse triste, enfadado o preocupado: “Parece que no quieres hacer nada”; “Me pregunto si estás triste”; “Está bien sentirse triste”; “Me quedaré contigo”.
  • Realizar actividades positivas para desviar su atención (leer, jugar, etc.).

Llora mucho

  • Permitir que expresen sentimientos de tristeza.
  • Ayudarles a expresar sus sentimientos.
  • Ofrecerles mensajes esperanzadores de futuro (a qué jugarán, planes, comidas, etc.).

Niños y niñas de 4 a 6 años

Tiene miedo de que sigan ocurriendo cosas malas

  • Explicarles la diferencia entre el acontecimiento y el recuerdo de éste.
  • Darles mensajes de seguridad actual, hablándoles sobre las necesidades básicas que están cubiertas.

Tiene dudas sobre la muerte y el duelo

  • Darles respuestas sencillas y espacio para preguntas.
  • Entender que, a estas edades, no tienen la idea desarrollada de que la muerte es irreversible (El dibujo es una buena herramienta para los niños para canalizar el duelo).
  • Permitir que participen en los rituales culturales de duelo.
  • No mentirles acerca de la muerte de una persona próxima, explicárselo, pero con un lenguaje que pueda entender.

No habla, se queda callado o le cuesta expresar lo que le molesta

  • Usar juguetes y dibujos que ayuden a los niños y niñas a expresarse.
  • Utilizar palabras que describan los sentimientos para verificar cómo se sienten.
  • Animarles a expresarse, pero sin presionarles.

Niños y niñas de 7 a 12 años

Se siente responsable de lo sucedido

  • Darles oportunidades para que cuente sus preocupaciones. Ofrecer tranquilidad y explicarle por qué no es su culpa con motivos racionales (políticos, históricos, prácticos…).

Vuelve a relatar o a recrear el acontecimiento repetidamente

  • Plantearles la opción de relatar/ recrear cómo le gustaría que fuera de ahora en adelante su realidad.

Está confundido acerca de lo sucedido

  • Aclarar cualquier malentendido y ofrecer explicaciones claras sobre lo que realmente está ocurriendo cada vez que pregunte.
  • Evitar dar detalles que podrían asustarle y tratar de tranquilizarlo/a y reafirmar la situación de seguridad actual.
  • No perder la paciencia frente a la repetición de preguntas o temas que al cuidador también le remueven (su reacción es importante para el desarrollo de la conceptualización de la situación para el niño o la niña).
  • Informar sobre lo que va ocurrir (por ejemplo: dónde vivirá, a qué escuela irá, qué va a comer, etc.).
  • Recordarles que hay personas trabajando para mantener a las familias seguras y que pueden pedir más ayuda si la necesitan.

Adolescentes

Desafía y recurre a una actitud auto lesiva o perjudicial

  • Ayudar al adolescente a comprender que desafiar al mundo es una manera peligrosa de expresar fuertes sentimientos como la ira.
  • Prestar atención a conductas de riesgo como consumo o autolesión.
  • Evitar reaccionar con ira frente a su ira, ya que eso tenderá a aislar más al adolescente.
  • Acudir a un profesional experto y/o al Centro de Salud de Atención Primaria.

Tiene miedo a los recuerdos de lo que ha pasado y cómo reacciona a ellos

  • Decirles que tener recuerdos muy vívidos es común y que los recuerdos pueden ser también sonidos, olores, sensaciones, o hasta emociones.
  • Explicar que los recuerdos pueden aparecer sin quererlos y llegar a sentirse como si volviera a suceder todo.
  • Explicar que leer noticias y ver imágenes recurrentes en los medios de comunicación puede aumentar los miedos.

Está preocupado por otros sobrevivientes y familias

  • Hablar sobre sus preocupaciones y validar su sufrimiento. Recalcar que no es su culpa y que está fuera de su alcance/responsabilidad.
  • Identificar proyectos significativos y adecuados a la edad que puede hacer.

Organizaciones donde puede solicitar información

Teléfonos provinciales de entidades de la Red Estatal de Acogida

Direcciones y teléfonos de interés

Línea de información 24h del Gobierno de España (Español y Ucraniano)

Emergencias (24H)

Policía Nacional (24H)

Violencia contra las mujeres (24H): Atención gratuita y confidencial a víctimas

Fundación ANAR

  • Orientación psicológica, social y jurídica (para familias y centros escolares): 0034 600 50 51 52 (24H)
  • Teléfono ANAR de Ayuda directa (para niños/as y adolescentes): 0034 900 2020 10 (24h)
  • Chat ANAR 24h (para familias y para niños/as y adolescentes) atendidas por psicólogos/as especializados en infancia, apoyados por abogados/as y trabajadores/as sociales (atención confidencial y gratuita en español, ucraniano, ruso e inglés): www.anar.org

Cruz Roja Española “Cruz Roja Te Escucha”: Servicio de apoyo y acompañamiento psicosocial de forma anónima y gratuita (Lunes a Viernes 10h-14h y 16h-20h)

Si te sientes en peligro:

Si eres niño o niña y te sientes en peligro:

Atención al Ciudadano: Servicios públicos y gestión de trámites administrativos

Embajada y consulados de Ucrania en España

Embajada: Calle Ronda de Abubilla, 52, 28043 Madrid

Consulado Madrid: C/ Ronda de Abubilla, 52, 28043 Madrid

Consulado Barcelona: C/ Numancia, 185, Bajos II, 08029 Barcelona

Como solicitar Protección Temporal

Webs oficiales
de Ciudades y Comunidades Autónomas

con la colaboración del Programa de Psiquiatría Transcultural del Hospital Vall d'Hebron

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