La tragedia se repite en Cox’s Bazar

Los refugiados rohingya aún se estaban recuperando del anterior incendio, que tuvo lugar en marzo de 2021, cuando el mes pasado volvieron a ver cómo el fuego devoraba lo poco que habían reconstruido. Esta ha sido la respuesta de emergencia que hemos podido ofrecerles desde UNICEF gracias a tu colaboración.

Imagen de Jamila

En la madrugada del 9 de enero, la pequeña Jamila se despertó sobresaltada por un estruendo tan grande que lo primero que pensó es que eran explosiones o disparos. Y es que, cuando eres una refugiada rohingya que ha vivido episodios violentos durante toda su vida, es normal que un ruido de este tipo vuelva a transportarte a todo lo que nunca deberías haber vivido. Cuando por fin se dio cuenta de lo que estaba pasando, se quedó paralizada viendo cómo el que había sido su refugio dentro del campo de Cox’s Bazar en Bangladesh estaba siendo devorado por las llamas. Por suerte, su abuela, que andaba desesperada buscándola de un lado para otro, consiguió sacarla a tiempo y llevarla fuera de la zona de peligro.

Las explosiones que Jamila escuchaba no eran sino las bombonas de butano que utilizaban para cocinar en el campamento. Una semana después del incendio, ella misma le explica lo que pasó esa fatídica noche a una de las responsables de primeros auxilios psicosociales del centro temporal de aprendizaje instalado por UNICEF: “Había explosiones por todas partes. Estaba muerta de miedo y no podía parar de llorar. Mi abuela me sacó corriendo del campamento, pero corrimos tanto que me hice muchas heridas en los pies. Hacía tanto calor por el fuego, que incluso me subió la fiebre”, describe la niña con detalle.

Imagen de Jamila con una psicóloga de UNICEF

Jamila le cuenta lo sucedido a la responsable de primeros auxilios psicosociales del centro temporal de aprendizaje instalado por UNICEF.

El fuego destruyó o dañó parcialmente más de 300 refugios en el campamento, afectando directamente a más de 1.700 refugiados rohingya. Además de las zonas donde vivían las familias, se destruyeron servicios básicos, incluidas unas 200 instalaciones de agua y saneamiento, un punto de distribución de alimentos y dos centros de aprendizaje que permitían a más de 200 niños y niñas recibir una educación. Por suerte y pese a la tragedia, estos niños cuentan con el apoyo de personas como tú, que, con su colaboración al programa Unidos por los rohingya, han hecho posible que volvamos a levantar uno de los centros de aprendizaje temporal en tiempo récord para que los pequeños puedan continuar sus clases y vuelvan poco a poco a la normalidad.

Imagen de una carpa de UNICEF

Imagen de la carpa instalada por UNICEF en menos de 24 horas que servirá a los niños como centro temporal de aprendizaje. 

Mientras familias enteras de refugiados, que habían perdido prácticamente todas sus pertenencias en el incendio, buscaban refugio temporal en el campamento de al lado o en casa de sus familiares, UNICEF Bangladesh se movilizó de inmediato para atender las necesidades urgentes de los niños y niñas afectados para garantizar su protección. Lo primero de todo fue localizar a las familias de los más de 50 niños que se perdieron en su huida. A continuación, los equipos sanitarios atendieron a todos los niños heridos que necesitaban asistencia médica, por suerte no se han tenido que lamentar víctimas mortales. 

En menos de 24 horas, UNICEF se unió al resto de organizaciones desplegadas en la zona para proporcionar alimentos, agua, ropa y un techo bajo el que cobijarse. Además, instalamos siete centros de asistencia y cinco espacios de acogida dedicados exclusivamente a los niños y niñas afectados.

Imagen de Tarim abrazando a su hija

Tahrim consuela a su hija mientras se instalan en su nuevo hogar tras haberlo perdido todo en el incendio. 

Ezatullah Majeed, Jefe de la Oficina Local de UNICEF en Cox’s Bazar, nos explica: “Es desgarrador ver cómo los niños están sufriendo este incendio, que es solo la punta del iceberg de todo por lo que han tenido que pasar en su vida. El equipo de UNICEF y yo estamos trabajando incansablemente sobre el terreno para darles la oportunidad de disfrutar de su infancia con una mirada de esperanza hacia el futuro”.

Imagen del campamento de Cox's Bazar

Este es el estado de una de las partes más afectadas por el incendio del campamento de Cox’s Bazar. 

Una de nuestras prioridades es volver a dotar al campo de instalaciones WASH (agua, saneamiento e higiene, por sus siglas en inglés) que han quedado totalmente destruidas a consecuencia de las llamas. Para ello, estamos construyendo puntos de saneamiento como letrinas, duchas, estaciones de lavado de manos, grifos, pozos y tanques de agua y, además, estamos entregando a las familias todo tipo de artículos de higiene como jabón y bidones de agua para uso de emergencia. Además, estamos vigilando muy de cerca otros riesgos que pueden afectar a los niños de la zona, como puede ser el hecho de que se vean forzados a trabajar en la recogida de escombros y en las tareas de reconstrucción.

Imagen de Kabita Yeasmin

Kabita Yeasmin, la directora del programa WASH de UNICEF, charla con los niños del campamento sobre las consecuencias del incendio.

Tenemos por delante uno de los mayores retos a los que nos hemos enfrentado nunca: hacer que el pueblo rohingya de Cox’s Bazar vuelva a resurgir de sus cenizas, como lamentablemente están acostumbrados a hacer. En nombre de Jamila, de su familia y de toda la comunidad rohingya, queremos darte las gracias por tu contribución y animarte a seguir formando parte de un proyecto que, literalmente, salva vidas