Sororidad y educación 
en Nigeria

Un grupo de madres del estado de Yobe ha creado, con la ayuda de UNICEF, una asociación para fomentar que las niñas de la zona se matriculen en la escuela y luchar contra las altas tasas de analfabetismo entre las mujeres del país. Colaborar en la creación de este tipo de proyectos es uno de los resultados de colaboraciones como la tuya a Unidos por los derechos de las niñas.

Unidos por los derechos de las niñas

Un grupo de niñas y niños esperan para entrar en clase en Nigeria en una de las escuelas donde trabaja UNICEF.

En los últimos años, Nigeria está atravesando una de las crisis educativas más graves de su historia reciente. En el noreste del país solo el 50,5% de los niños están escolarizados, un porcentaje que desciende hasta el 31,8% en el caso de las niñas. Además, los ataques de insurgentes y otros grupos armados durante los últimos 12 años no han hecho sino empeorar aún más la situación: por culpa de los episodios violentos y los secuestros de niñas en los colegios, los centros educativos han dejado de ser lugares seguros.

La pobreza de las familias, que obliga a las niñas a trabajar desde una edad muy temprana, y una mala interpretación de las leyes religiosas con respecto a la educación occidental, hace que muchas jóvenes no hayan pisado un colegio en toda su vida.

En UNICEF, creemos que todas las niñas del planeta, sin importar su condición o su país de origen, merecen recibir una educación de calidad que les permita tener una oportunidad en el futuro y ser independientes a todos los niveles. Por eso, estamos colaborando para crear Asociaciones de Madres por todo el país que nos ayuden a identificar a las jóvenes que necesitan ayuda de manera urgente para poder completar sus estudios.

Estas asociaciones están formadas por profesoras, antiguas alumnas de los colegios de la zona, líderes de instituciones religiosas y organizaciones de mujeres que quieren poner su granito de arena para cambiar el futuro de las niñas y jóvenes de su comunidad.

La presidenta local de una asociación, Amina Abubakar Imam, estaba haciendo una de sus visitas rutinarias en la Escuela Primaria Central Ngelzarma, en el estado de Yobe, cuando una niña llamó su atención: “Me di cuenta de que esta chica era diferente. No vestía el uniforme escolar, no tenía materiales para escribir y parecía diferente al resto de las niñas de la clase. Por eso, decidí acercarme a ella para conocer su historia”. Esa niña misteriosa, no sabía que su futuro estaba a punto de cambiar

Unidos por los derechos de las niñas

Gracias a UNICEF, muchas niñas han podido retomar sus estudios y volver a las aulas.

Su nombre es Aisha Salisu y, hasta hace muy poco, se dedicaba a la venta ambulante en las calles cercanas a la que ahora es su escuela. Cada mañana, cuando se esforzaba por conseguir que los clientes se pararan en su puesto de comida, veía cómo los niños entraban al colegio y se preguntaba qué es lo que les hacía volver allí cada mañana con una sonrisa. Un día, decidió seguir a un grupo de jóvenes y se metió en una de las clases. Tanto los alumnos como los profesores estuvieron encantados de responder a sus preguntas, ya que para ella era difícil seguir el ritmo de la clase: “Nunca me trataron de forma diferente, aunque no tuviera el mismo nivel que el resto, ni estuviera matriculada en el colegio”, nos explica la joven de 13 años. 

La Asociación de Madres, que normalmente tiene que convencer tanto a las niñas como a sus familias sobre las ventajas de recibir una educación, no podía dejar escapar la oportunidad de ayudar a una niña que estaba mostrando tanto interés por ir al colegio. Con tu apoyo, desde UNICEF hemos podido matricular a Aisha en la escuela, así como cubrir el coste de su uniforme y del resto de material escolar que necesita en su día a día. “Soy la primera de 21 niños en mi familia que va a la escuela. Ahora puedo deletrear y escribir mi nombre. Estoy muy contenta”.

Unidos por los derechos de las niñas

Un grupo de mujeres pertenecientes a una de las Asociaciones de Madres apoyadas por UNICEF.

El caso de Aisha no es un hecho aislado y, por eso, estamos haciendo todo lo posible para acabar con la venta ambulante por parte de menores en esta comunidad, de tal manera que las niñas puedan centrarse en ir a clase. Para ello, nuestra primera medida está siendo dotar a la asociación de fondos para que las mujeres sean independientes económicamente y puedan convertirse en nuestras aliadas a la hora de apoyar y promover la educación, empezando por sus hijas. Como nos cuenta Imam, “ahora tenemos recursos y ayudamos a las niñas a volver al lugar donde pertenecen, la escuela”.

A pocos meses de que se cumplan ocho años del secuestro de 279 niñas en una escuela de Chibok por el grupo armado Boko Haram, estamos garantizando la seguridad en las aulas para que las niñas nigerianas vuelvan a clase tranquilas. Hay que recordar que, cuando una niña no completa sus estudios, tiene muchas más probabilidades de sufrir cualquier tipo de violencia o maltrato, matrimonio infantil o embarazo precoz. Gracias a tu aportacion al programa Unidos por los derechos de las niñas de UNICEF, estás haciendo posible que niñas como Aisha tengan un futuro y se permitan soñar despiertas: “De mayor quiero ser profesora. Los maestros saben un montón”.