Lápices para cambiar el mundo

El fin de curso no es un acontecimiento feliz para todos los estudiantes, porque muchos de ellos no saben si podrán volver a estudiar tras las vacaciones. Gracias a los testamentos solidarios conseguimos garantizar el derecho a la educación, hasta en las peores emergencias.

Una niña en la escuela

© UNICEF/UNI656060/Elfatih

A veces, cuando el mundo se vuelve gris, lo que más se necesita son unos lápices de colores. Un claro ejemplo es la historia de Wisam, de 9 años.

Por el conflicto armado que asola Sudán, ella y su familia se vieron obligados a dejar su hogar y prácticamente todas sus pertenencias. “Dejé mis juguetes, libros, uniforme, mochila y lápices”, cuenta con voz afectada Wisam, “mi uniforme era muy bonito”

Cuando las escuelas de las zonas a las que huyeron pudieron volver a abrir, ella y sus hermanos entraron en un nuevo colegio. Como muchos otros niños y niñas afectados, no tenían materiales escolares y sus familias no contaban con los recursos para proporcionárselos.

Esto llevó a que UNICEF interviniera distribuyendo en las escuelas de la zona material escolar vital (tizas, mochilas, reglas, cuadernos, gomas de borrar, uniformes y lápices de colores). De esta forma se logra garantizar que, incluso en medio de un conflicto, los niños y niñas desplazados puedan continuar con su educación.

Wisam en la escuela

© UNICEF/UNI549345/Oo

En tiempos de emergencia, estos suministros son fundamentales para defender el derecho de los niños a la educación. Ahora Wisam puede asistir a su clase de inglés y cuando llega el momento de tomar notas, puede coger de su mochila el cuaderno y los lápices que necesita.

Wisam es una alumna participativa que levanta frecuentemente la mano para responder a sus profes. Su nuevo uniforme también le hace sentirse segura y a gusto pese a empezar en un nuevo cole.

Wisam de 9 años

© UNICEF/UNI656048/Elfatih

Cuando las clases se terminan y el aula queda vacía, Wisam todavía se queda un rato más en el pupitre dibujando. Pintar es su pasatiempo favorito y, ahora, con sus lápices de colores, se emociona de poder llenar sus dibujos de colores vibrantes.

Sudán se enfrenta a la mayor crisis de desplazamiento infantil del mundo. Millones de niños y familias, muchos de ellos desplazados en múltiples ocasiones, han huido de sus hogares con poco más que la ropa que llevan puesta, a menudo sin poder permitirse los útiles escolares básicos.

A medida que la reapertura de las escuelas se convierte en una prioridad en medio de estas terribles circunstancias, UNICEF continúa proporcionando suministros educativos críticos.

Los recursos que aportan los testamentos solidarios son claves para poder garantizar los derechos de la infancia hasta en las situaciones más terribles. Una decisión tomada hoy, mañana puede convertirse en una caja de pinturas que hagan del mundo un lugar sin gris.