El sufrimiento de los niños refugiados y migrantes
Los niños refugiados y migrantes se juegan la vida en el Mediterráneo y sufren duras condiciones en Europa
Más de 30 millones de niñas y niños de todo el mundo han sido víctimas de desplazamientos forzosos a causa de la violencia y la guerra. Millones más huyen de la pobreza extrema y la falta de servicios básicos, como salud o educación.
Unas 141.500 personas refugiadas y migrantes —de las que 34.200 (1 de cada 4) son niños— han llegado a Europa (sobre todo a Grecia, España, Italia y Bulgaria) por tierra y mar en 2018, procedentes de países como Siria, Irak, Nigeria, Guinea, Bangladesh o Marruecos. Garantizar su protección en todas las etapas del camino es una prioridad.
Por ello, UNICEF no solo trabaja en Europa, sino también en los países de origen y tránsito, como Turquía, Líbano, Libia, Malí o Níger. Solo en 2018, por ejemplo, hemos proporcionado educación a casi 19.000 niños y adolescentes en Grecia, Italia, Serbia, Bulgaria y Bosnia y Herzegovina.
Por otra parte, se estima que 2.275 personas perdieron la vida en 2018 intentando llegar a Europa a través del mar Mediterráneo; muchos de ellos eran niños. Son solo estimaciones, las cifras reales podrían ser mucho mayores.
Cada vez más niños hacen este camino solos. El número total de niños refugiados y migrantes separados y no acompañados en unos 80 países ha alcanzado un récord histórico, multiplicándose por cinco: de 66.000 en 2010 a 300.000 en 2016. En Italia, los niños solos representan el 92% del total de llegadas de menores de edad. En España también ha aumentado su número desde 2015.
El descenso de llegadas totales a Europa a la mitad —aunque en España ha aumentado— ha sido provocado por el refuerzo de los controles fronterizos y la adopción de acuerdos internacionales. No obstante, los niños siguen huyendo de sus hogares porque no encuentran otra alternativa para sobrevivir.
La nueva situación en las fronteras, y la falta de mecanismos legales para pedir asilo o migrar a Europa, están provocando que estos niños queden bloqueados durante meses o años en algunos países de África o Asia, y estén expuestos a viajes cada vez más peligrosos, así como a abusos y explotación por parte de las mafias. 3 de cada 4 adolescentes que llegan vía Italia han sufrido secuestros, encierros, palizas o trabajos forzosos. La mayoría describe su estancia en Libia como un auténtico infierno.
Pero cuando llegan a Europa, tampoco lo tienen fácil, ya que muchos países no son capaces de garantizar su protección. Solo en Grecia hay más de 32.000 niños varados que permanecen en el limbo. También ha aumentado el número de suicidios, el consumo de drogas y los casos de explotación sexual entre estos niños y adolescentes.
Se han hecho esfuerzos y aplicado algunas soluciones, pero no han sido suficientes. El mecanismo de traslado entre países europeos desde Grecia e Italia tampoco dio los resultados esperados. Solo se han cumplido el 18% de los compromisos previstos.
Niños refugiados y migrantes:
la historia de Oumar
" Estaban esos traficantes que llevan a la gente a Europa. Sé que es muy peligroso, pero prefería arriesgarme "
Oumar. 16 años. (Ghana).
Después de un aterrador viaje desde Ghana hasta Italia, Oumar, de 16 años, fue rescatado por la Guardia Costera y luego por su nueva familia de acogida italiana. Desde UNICEF estamos promovimiento el acogimiento familiar en Italia.
Niños refugiados y migrantes: un presente lleno de incertidumbres
- Falta de suministros básicos: la necesidad de ropa y de enseres de higiene básicos son acuciantes en los países de origen y tránsito, como Siria.
- Alojamientos inadecuados y escasez de medios de vida: las condiciones de vida son muy duras para los niños migrantes y refugiados, sobre todo en los países de tránsito. En Europa, todavía hay alojamientos sobreocupados e inadecuados para los niños, principalmente en las islas griegas. La necesidad de conseguir dinero está provocando un aumento de los casos de explotación sexual infantil.
- Protección de la infancia: la falta de vías de entrada legales y seguras deja a niños y familias en manos de traficantes, con alto riesgo de abusos y trata, en especial para los niños no acompañados. Los sistemas nacionales de protección europeos siguen sin ser capaces de garantizar la protección de muchos de estos niños.
- Educación: hay niños que llevan más de 3 años sin ir al colegio. Solo 4 de cada 10 niños están escolarizados en Grecia y Serbia.
- Salud mental: la incertidumbre, la falta de expectativas y de respuestas duraderas están aumentando el sentimiento de frustración y, con ello, los casos de pesadillas, ansiedad, pánico y depresión infantiles.
- Discriminación y racismo: las leyes se están endureciendo y los niños migrantes y refugiados no disfrutan en todos los lugares de los mismos derechos que el resto de los niños. Cada año se repiten ataques racistas a centros de refugiados y migrantes en toda Europa.
- Países de origen y tránsito: es crucial atender a las causas que obligan a las familias a huir. También es necesario garantizar la protección de los niños migrantes en todos los países por los que pasan hasta llegar a Europa.
¿Qué hacemos desde UNICEF?
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