Sudán del Sur: las lluvias empeoran la situación de los desplazados
Post de Christopher Tidey, portavoz de UNICEF en Sudán del Sur.
La tormenta llegó tan rápido y de una manera
tan feroz que nadie estabapreparado. Me lo contaba Thot, de 20 años, al día
siguiente, mientras las familias a nuestro alrededor trataban de
encontrar un lugar sin agua y sin fango para poder secar sus ropas
y colchones.
“Estaba sentado con mis cinco hermanos y hermanas jugando en
nuestra tienda de campaña, y de pronto….¡bum! Lalluvia empezó a caer tan fuerteque parecía como si el cielo estuviera enfadado con la
gente”.
“El suelo se llenó enseguida de agua y todas nuestrascosas (la ropa, la comida, los suministros…)se empaparon. Los pequeños tenían miedo, ¿pero qué
podíamos hacer? Nos quedamos ahí sentados, hasta que la lluvia
pasó”.
Había ido a visitar uno de los campos deJuba, la capital de Sudán del Sur, donde 27.000 personas serefugiaron tras el reciente estallido deviolencia en el país. Así que pude ver las
consecuencias de la tormenta. La devastacióncausada en solo dos horas de lluvia era impactante. El suelo se
había transformado en una sopa fangosa de escombros. La gente
trataba de no resbalar y caer en el barro. Cada persona que miraba,
niño o adulto, estaba tratando de salvar todo lo que podía.
Saliendo de la vía llena de fango que forma la carretera
principal del campo, me aventuré entre el laberinto de caminos que
discurren entre las hileras de tiendas de campaña y alojamientos.
Pronto me encontré con barro hasta los tobillos,
con charcos de agua sucia de por lo menos un pie de
profundidad.
Una constante procesión de mujeres y niños pasaba junto a mí,
chapoteando en el agua mientras buscaban un terreno elevado en el
que secar su ropa y sus sábanas al sol. Todos, incluyéndome ahora a
mí también, estábamos sucios.
Y fue en ese laberinto de caminos inundados donde conocí a
Thot, que me llevó a ver qué había ocurrido en su refugio. La mayor
parte del improvisado toldo que hacía de techo se había caído
debido fuerza de la lluvia. El suelo estaba inundado. “No podemos
quedarnos aquí, así que hemos cogido lo que ha quedado y nos hemos
sentado en el camino principal del campo. No tenemos otro
lugar al que ir, ni un lugar en el que
dormir”.
“Nuestras casas están fuera del campo, aquí en Juba.
¿Pero quién podrá protegernos si volvemos?”. Me lo pregunta un
hombre llamado Gar mientras trabaja con unos amigos apilando barro
alrededor de las placas de plástico intentando hacer su refugio más
resistente.
Hay cerca de 740.000 personas desplazadasinternas, incluyendo más de 400.000 niños, debido
a la violencia, surgida tras la crisis política
que estalló a final de 2013. Muchas de estas personas se han
refugiado en terrenos bajos que son propensos a inundarse durante
la temporada de lluvias (entre abril y octubre).
Incapaces de volver a sus casas porque en ellas no se sienten
seguros, los desplazados en el campo de Tomping –y cientos de miles
más a lo largo de todo Sudán del Sur- se enfrentan aldesastre. “Si en solo una noche la lluvia puede
hacer esto”, dice un hombre mayor llamado Paul mientras señala las
inundaciones en torno a nosotros, “¿qué ocurrirá cuando llueva cada
día?”.
Hay poco tiempo para actuar antes de que lleguen las lluvias
Lo averiguaremos pronto si no damos pasos
urgentes para asegurar que los niños desplazados y sus
familias pueden resistir la temporada de lluvias.
La tormenta de hace una semana y el daño que ha causado en el
campo de Tomping ya han demostrado que la falta de
preparación ante las inminentes lluvias podría tenerconsecuencias catastróficas para los desplazados
de Sudán del Sur.
“Con las lluvias cercanas en apenas unas semanas, nos
queda muy poco tiempo para actuar”, declara el
representante de UNICEF en Sudán del Sur, Steven Lauwerier.
“Las letrinas en los asentamientos para
desplazados propensos a inundarse deben ser movidas a terrenos más
altos; los suministros humanitarios, medicinasesenciales y suplementos nutricionales para los
niños deben llegar antes de que las carreteras se hagan
impracticables; y los niños deben ser vacunadosurgentemente contra enfermedades que suelen aparecer en estas
condiciones, como el cólera. Actuar ahora salvará
vidas de niños en el futuro”.
UNICEF y sus aliados están trabajando
para ayudar a los niños vulnerables y sus familias aprepararse para la temporada de lluvias. Las
acciones incluyen el pre-posicionamiento de suministros como
alimento terapéutico listo para usar (un tratamiento para la
desnutrición), el lanzamiento de campañas de vacunación contra el
cólera y el sarampión, y el establecimiento de programas clave en
lugares que probablemente quedarán inaccesibles durante las
lluvias.
Todavía se debe hacer más –y más rápido- para mantener a los
niños desplazados sanos y seguros. UNICEF en Sudán del Sur ha hecho un llamamientode 75 millones de dólares ( 55 millones de
euros) para poder dar una respuesta humanitaria de
emergencia en los primeros 6 meses de este año. Falta por cubrir el
80%.