España: la infancia en el espejo
Post de Gabriel González-Bueno, Responsable de Políticas de Infancia de UNICEF España
El reciente informe de UNICEF sobre el bienestar infantil en los países ricos pone a nuestro país frente al espejo de sus indicadores sobre la infancia. Y este espejo nos devuelve una imagen en la que no salimos demasiado bien parados respecto a la comparación con otros países de nuestro entorno geográfico y económico.
España aparece en el puesto 19 de los 29 países
ricos analizados según cinco dimensiones (salud,
educación, pobreza, conductas y vivienda) y basadas en 26
indicadores que se valoran conjuntamente. Si nos acercamos algo más
al espejo vemos cómo la posición de España, bastante positiva en
salud, seguridad, vivienda y medio ambiente, es, sin embargo, muy
alarmante en cuanto al bienestar material y la educación, dos
dimensiones en las que estamos mucho más cerca del final de la
tabla (24 y 26 de 29 respectivamente).
Los altos niveles de pobreza relativa y de
intensidad de la pobreza infantil en un caso, y el abandono
escolar y los malos resultados en capacidades educativas(según el informe PISA) en otro nos sitúan en esos puestos.
Algunos pueden pensar que este espejo, como los que enLuces de Bohemia se reflejaban Max Estrella, puede dar una
imagen más o menos deformada de la realidad: el mismo informe
reconoce que hay pocos indicadores internacionalmente comparables
sobre temas clave del bienestar de los niños (como salud mental o
maltrato o abuso infantil).
Pero los datos de esta comparación no son banales, entre otras
cosas porque el Report Card 11 no contiene información
sobre los peores años de la recesión económica, a partir de 2010
cuando muchos países empezaron a aplicar severas medidas de
austeridad en el gasto público. Y esta disminución de la
inversión social (también en los niños) no
presagia nada bueno para los indicadores de los años
sucesivos
De hecho,
en España la pobreza infantil creció aún más en
2011 en amplitud, intensidad y duración, pero lo más
importante es que el impacto en muchos indicadores de los
utilizados será más visible dentro de unos pocos años, cuando ya
sea tarde para actuar sobre dimensiones clave del desarrollo de una
parte importante de nuestra infancia.
Y en estos tiempos de “fatalismo político”, en los que la
reducción del gasto público se asume como inevitable, el
informe viene a insistir en que sí, en que otras políticas son
posibles y necesarias, y que esas políticas cambian y mejoran la
vida y las expectativas de las personas, de los niños y niñas y
pueden cambiar el futuro de las naciones.
¿Cómo queremos salir en el espejo dentro de unos años
más?