230 millones de niños borrados de un plumazo
Post de Marta Arias, directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de UNICEF España
Publicado en el blog de El País 3.500 millones.
Vivimos rodeados de datos que reflejan prioridades
sociales y políticas. No es de extrañar, por tanto, que
uno de los empeños de una organización como UNICEF sea el devisibilizar a la infanciaprecisamente en las estadísticas. Y el de medir,
de forma más concreta, qué está pasando en sus vidas, cómo ha
evolucionado la situación de niños y
niñas en el mundo en los últimos años y
qué grandes retos nos quedan por asumir. Nos encontramos ante una
circunstancia perfecta para hacerlo, puesto que este año celebramos
el 25 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, a
través de la cual 193 gobiernos asumieron compromisos muy concretos
al respecto. ¿Qué ha pasado en este tiempo?
Pues, como suele ocurrir, los datos nos revelan luces
y sombras. Luces que se miden en vidas salvadas, tantas
como 90 millones de niños y niñas quesobrevivieron a su 5º cumpleaños(y que no lo habrían hecho de mantener las tasas de mortalidad
infantil de 1990). En niños y niñasescolarizados o en una reducciónde la desnutrición crónica de un37% desde 1990.
Pero, con todo su esplendor, estas luces no alcanzan a
iluminar las sombras que todavía acechan, 25 años después, la vida
de millones de niños y niñas, y que suponen un fracaso
colectivo. De todos los datos que podría mencionar, hay
uno que me sigue impresionando y que viene muy al caso del tema con
el que di comienzo al post: existen en el mundo unos 230
millones de niños que no figuran en
ninguna estadística, porque oficialmenteni siquiera existen. Nunca han
sido registrados, negándoles con ello un derecho
básico a la identidad y a laprotección que esta les puede otorgar. Esta cifra
equivale a casi el 10% de los 2.200 millones de niños que viven en
todo el mundo. 230 millones borrados de un
plumazo.
ESTADO MUNDIAL DE LA INFANCIA 2014
Para poner de manifiesto esta realidad, UNICEF
publica hoy el informe Estado Mundial de la Infancia en cifras 2014,
que por primera vez no trata de forma monográfica un tema concreto,
sino que se centra precisamente en la importancia de disponer de
datos para, a partir de ellos, poder avanzar en la realización de
la Convención.
El informe pone de manifiesto también algo de lo que se está
hablando mucho últimamente: el profundo panorama dedesigualdad que se esconde detrás de las
estadísticas. Así, los niños más pobres tienen
casi tres veces menos posibilidades de recibir atención
especializada en el momento de nacer, en comparación con los niños
que viven en los quintiles más ricos. O, siguiendo con el caso del
registro de nacimiento, tan sólo el 4% de los niños más pobres enTanzania son registrados al nacer, en comparación
con el 56% de los más ricos.
La buena noticia es que, si bien los datos no cambian por sí
solos la realidad, es innegable que, bien utilizados, hacen elcambio posible. En un solo año, el porcentaje de
niños registrados al nacer pasó del 6% al 41% en un distrito deRepública Democrática del Congo, después de que
las encuestas impulsadas por UNICEF pusieran los bajos niveles de
registro a nivel estatal en el punto de mira de la atención social
y política del país.
El 25 aniversario de la Convención es una oportunidad perfecta
para recordar que hemos hecho una promesa a2.200 millones de personas, todosellos cuentan y están esperando nuestra
respuesta.