Los mosquiteras son esenciales para reducir las muertes y las enfermedades por malaria, dice UNICEF

La malaria sigue matando a cerca de 660.000 personas cada año, en su mayoría niños y niñas africanos. La cobertura universal de mosquiteras tratadas con insecticida es clave para lograr avances contra la malaria, una de las enfermedades más mortíferas para la infancia, dice UNICEF en el Día Mundial de la Malaria.

Junto a sus aliados, UNICEF realiza tareas de promoción y apoya a los gobiernos en la distribución gratuita de mosquiteras tratadas con insecticida, especialmente las de larga duración. Cuando se logra la cobertura universal –una mosquitera por cada dos personas– esta medida simple y eficaz puede reducir la mortalidad infantil en un 20%.

En 2004 había sólo 5,6 millones de mosquiteras en África subsahariana. Hasta hace poco, debido a la escasa competencia entre los productores, las mosquiteras eran muy caras para poder ampliar su distribución. Sin embargo, hacia 2010, las compras al por mayor, las adquisiciones conjuntas, la mejora de la financiación y la ampliación de la capacidad de fabricación en África llevó a que la cifra aumentara a 145 millones. Un enfoque sostenido y centrado en una alta cobertura con esta eficaz intervención contra la malaria contribuyó en gran medida a que se salvaran 1,1 millones de vidas y a la reducción en un tercio de las tasas de mortalidad por malaria en África desde el año 2000.

“Es inaceptable que todos los días más de 1.500 niños sigan muriendo a causa de una enfermedad prevenible y curable”, dijo Nicholas Alipui, Director de Programas de UNICEF. “Hay que distribuir mosquiteras tratadas con insecticida a todos los que las necesitan, ofrecer pruebas oportunas para los niños y administrar las medicinas apropiadas cuando ya han contraído la infección”.

Un tratamiento de tres días cura las infecciones por malaria, sobre todo si el caso se diagnostica a tiempo y se trata adecuadamente, en particular con terapias combinadas basadas en la artemisinina. Pero muchos niños, especialmente en África, siguen muriendo de malaria, ya que no duermen bajo mosquiteras tratadas con insecticida y no pueden acceder al tratamiento necesario durante las primeras 24 horas después de la aparición de los síntomas.

UNICEF apoya los esfuerzos nacionales para capacitar a los trabajadores sanitarios de la comunidad y proporcionarles herramientas simples, como las pruebas de diagnóstico rápido de la malaria para que los niños reciban la medicina rápidamente cuando sea necesario. Sin embargo, la proporción de niños tratados que reciben un tratamiento de primera línea en África, como la artemisinina, es inferior al 30% en la mayoría de los países.

UNICEF, con los gobiernos, los donantes y otros aliados, también procura formas innovadoras de llegar a los niños y niñas más vulnerables y difíciles de llegar para lograr la cobertura universal. Por ejemplo, además de las distribuciones gratuitas de mosquiteras durante las campañas a gran escala en las zonas más pobres y remotas, también proporciona mosquiteras para los niños durante las vacunaciones de rutina y para las mujeres embarazadas durante las visitas prenatales. UNICEF también está intensificando sus esfuerzos en la gestión integrada de casos en la comunidad, que brinda un conjunto de intervenciones vitales más cerca de los niños, las familias y los hogares.

Se estima que durante la última década se repartieron las suficientes mosquiteras para cubrir el 80% de las necesidades de África subsahariana. Muchas mosquiteras están llegando sin embargo al final de su vida útil y deben ser reemplazadas. Los países que ya habían reducido su prevalencia de malaria en un 50% pueden sufrir un rápido aumento de los casos y de las muertes por malaria si las mosquiteras ya deterioradas no se sustituyen.

De 2000 a 2010, la proporción de niños que duerme bajo una mosquitera tratada con insecticida en África subsahariana aumentó de menos del 5% a más de un tercio. Pero las adquisiciones mundiales de mosquiteras tratadas con insecticidas de larga duración se han reducido en un 52% con respecto al objetivo anual de 150 millones de dólares. Esta desaceleración podría socavar gravemente los logros alcanzados hasta la fecha.

“Hemos avanzado mucho en esta lucha, pero no podemos pasar por alto la meta de reducir los casos y las muertes por malaria a cero. Debemos asegurarnos de que los países dispongan de la financiación necesaria para luchar contra la malaria y la utilicen para proteger a sus niños y a sus mujeres embarazadas”, agregó Alipui.

La lucha contra la malaria no sólo salva las vidas de los niños, sino que también proporciona muchos otros beneficios económicos y sanitarios a las comunidades afectadas. Por ejemplo, la reducción de la malaria mejora la salud de las mujeres embarazadas y de sus recién nacidos, y, por lo tanto, reduce el absentismo escolar y laboral. La eliminación de la malaria reduce la carga de los centros de salud congestionados. Se estima que, en África, el retorno por cada dólar gastado en la lucha contra el paludismo es 40 veces mayor a la inversión.

Ha habido avances y éxitos impresionantes basados en sólidas alianzas y en las generosas contribuciones de muchos donantes, pero estos beneficios se pueden perder rápidamente si no se mantiene un enfoque y una inversión sostenidos.

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Dailo Alli

Jefe de prensa UNICEF España

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