Visita del Papa a República Centroafricana, donde un millón de niños necesitan ayuda urgente

Casi 3 años después de que estallase el conflicto República Centroafricana, 1,2 millones de niños necesitan ayuda humanitaria urgente.

Este país, que estos días se prepara para recibir al Papa, sufre a diario las devastadoras consecuencias de la violencia. Desde UNICEF queremos aprovechar la ocasión para recordar a las partes en conflicto que garanticen a las organizaciones humanitarias la posibilidad de acceder a las zonas más afectadas por la crisis.

"Las necesidades humanitarias son abrumadoras. Para poder atenderlas necesitamos que nos den acceso y un apoyo mucho mayor por parte de la comunidad internacional", dice Mohamed Fall, representante de UNICEF en República Centroafricana. 

Desde UNICEF calculamos que más de 2 millones de niños se han visto afectados desde que se inició la violencia en diciembre de 2012. Una violencia que se intensificó de manera especial un año después, provocando el desplazamiento de cientos de miles de personas hacia Bangui, la capital del país. 

REPÚBLICA CENTROAFRICANA: MÁS DE 400.000 DESPLAZADOS INTERNOS

Actualmente, 400.000 personas se encuentran desplazadas dentro del país y más de 500.000 viven refugiadas en los países vecinos. En septiembre de este año, la intensificación de los enfrentamientos generó 39.000 nuevos desplazados en Bangui

La inseguridad y la escasez de fondos siguen poniendo en riesgo las actividades humanitarias, que a menudo sufren ataques que impiden la distribución de la ayuda en las zonas del interior del país

Incluso en las áreas que no están afectadas directamente por el conflicto, las comunidades siguen necesitando apoyo. Alrededor de un tercio de la población no tiene acceso a agua potable y el 41% de los niños menores de 5 años sufre desnutrición crónica

A pesar de la magnitud de la emergencia, en UNICEF solo hemos recibido el 50% de los 70 millones de dólares que necesitamos para proporcionar ayuda humanitaria para este año 2015. 

REPÚBLICA CENTROAFRICANA: UNA HISTORIA INSPIRADORA

Cuando Patricia Dougueoua se enteró de que tan solo a 9 kilómetros del centro de Bangui los niños no iban al colegio (entre otras causas, por la guerra) pensó que tenía que hacer algo. El pueblo de Gbabili nunca tuvo escuela y, a la más cercana, que estaba a 4 kilómetros, solo podían ir los alumnos más aventajados. Por eso, la mayoría de los niños trabajaban en las granjas familiares, o pescando o en el mercado. 

El año pasado, Patricia abrió una escuela en una gran tienda de campaña. Los materiales los aportaban los padres, y los 5 profesores eran voluntarios. De los 200 alumnos de la escuela, solo 50 habían ido a clase antes. 

"Me quedé huérfana cuando era muy pequeña y solo logré tener éxito en la vida gracias a mi educación. Quiero que estos niños tengan las mismas oportunidades que yo", dice Patricia. 

Tú también puedes ser como Patricia y ayudar a muchos niños de República Centroafricana. ¡Colabora!