UNICEF extiende su operación humanitaria en Pakistán a millones de afectados

La ayuda de emergencia se va extendiendo por el noroeste de Pakistán y algunas de las zonas dañadas comienzan a ser accesibles. Actualmente, el Gobierno de Pakistán y las organizaciones humanitarias están evaluando la magnitud de la crisis, que ha afectado a casi cuatro millones de personas, de los que 1,4 millones son niños.

UNICEF está trabajando desde el primer momento para prestar ayuda a las personas afectadas, gracias a que ya tenía una estructura de emergencias establecida en la zona, tras el conflicto que provocó movimientos de población hacia campos de desplazados. Como explica el Coordinador de Emergencias de UNICEF Pakistán, Óscar Butragueño, "ya teníamos una gran presencia en Pakistán, lo que nos ha permitido que a pesar de que haya cortes de comunicaciones se pueda llegar casi a todos lados. Además, tenemos una red de aliados locales muy importante, lo que permite que se pueda empezar a asistir a la gente muy rápido".

Por su parte, Martin Mogwanja, Representante de UNICEF en Pakistán ha explicado hoy que "UNICEF está ampliando su operación de ayuda a los millones de personas afectadas por las inundaciones. Muchos de ellos son niños, que son especialmente vulnerables a enfermedades. Necesitan agua, medicina, comida y refugio inmediatamente. Nuestra prioridad inmediata es llegar a los afectados por las inundaciones, especialmente las personas que se encuentran en áreas remotas".

El Especialista del Programa de UNICEF Pakistán, Mohammed Rafiq, después de realizar una visita a las comunidades de Peshawar, capital de provincia del noroeste Khyber Pakhtunkhwa, afirmó:"Nadie recuerda un desastre de tal magnitud". Además, explicó que debido a la devastación de las tierras agrícolas, los precios de los alimentos ya han comenzado a aumentar, por lo que UNICEF ya ha distribuido galletas de alto contenido energético para miles de niños.

Existe temor a que se produzcan nuevas inundaciones, ya que las previsiones meteorológicas pronostican fuertes lluvias para la próxima semana.

Agua, saneamiento e higiene

UNICEF, junto con otras organizaciones, están trabajando para prevenir brotes de enfermedades como cólera, sarna, diarrea u otras infecciones que se propagan fácilmente al vivir en condiciones insalubres, con agua contaminada -condiciones que se dan especialmente tras este tipo de desastres.

El corte en las comunicaciones en las zonas inundadas ha dificultado el trabajo de emergencia. Además, no hay recepción en los móviles, con lo que la única manera de contactar con las comunidades afectadas es a través de la radio. Así, tal y como explica Rafiq, dos veces al día se informa a la población acerca de cómo pueden protegerse de las enfermedades, tanto a ellos mismos, como a sus hijos.

Para ayudar a subsanar problemas de agua y saneamiento,UNICEF ha proporcionado kits de higiene y tanques de agua en las áreas afectadas. Además, ha reparado más de 70 pozos, lo que beneficia a 800.000 personas y ha apoyado la rápida instalación de 24 campamentos médicos para 1 millón de personas.

Además de cubrir las necesidades en agua, saneamiento e higiene, UNICEF también es responsable de coordinar las acciones en salud y nutrición, protección de la infancia y educación. Para financiar su operación de emergencia en todas estas áreas, y prestar ayuda a millones de afectados por las inundaciones, UNICEF necesitará 47,3 millones de dólares.

 Impacto en la infancia

Casi la mitad de los afectados por las inundaciones son niños, que además tienen que hacer frente al impacto psicológico que supone presenciar y sufrir una catástrofe de esta magnitud y tienen que recuperarse de sus duras experiencias durante el desastre. "Sus padres los sacaron de la cama a mitad de la noche", dijo Rafiq.

Además, muchas escuelas han sido destruidas y una vez que se restablezca la situación, su reconstrucción puede tardar un tiempo. En este sentido, UNICEF está trabajando para reconstruir las escuelas los antes posible, la experiencia demuestra que es fundamental reanudar la actividad escolar para que los niños tengan un espacio en el que sentirse seguros y puedan recuperar una sensación de normalidad en sus vidas.