Siria: historias de esperanza y resiliencia en medio de la crisis

Post de Mark Choonoo, Especialista en Emergencias de UNICEF. Mark ha estado recientemente en Homs, en el marco de una misión de un mes de duración. En este post describe lo que vio allí y el impacto del conflicto en los niños y las familias.

Acabo de regresar de Homs, donde he estado durante un mes como parte de una misión para evaluar la situación humanitaria en toda la provincia. También hemos estado revisando los programas humanitarios, así como reforzando y desarrollando nuestra relación con los aliados locales para hacer que nuestro trabajo llegue más lejos. 

Nuestros aliados en el terreno nos cuentan que casi una de cada tres personas en Homs es un desplazado, y dos tercios de la población desplazada son niños. Las explosiones, el sonido del impacto de los cohetes y el crack de los disparos siguen formando parte de la vida diaria.
 
A menos de un kilómetro del hotel donde me alojaba, había enfrentamientos. Aún tras 20 años trabajando en zonas muy peligrosas del mundo, cada explosión todavía me causa preocupación. En medio de esta situación, nuestro trabajo como equipo humanitario tiene que mantenerse centrado en cómo mejorar la vida de las personas que se ven afectadas directamente por el conflicto. 
 
Caminé por muchos lugares para ver cómo están viviendo los niños en Homs. Fui a un convento que trabaja con niños, situado al final de la línea de edificios que estaban completamente en pie, antes de la ola de destrucción, y donde comienzan los escombros. Me sorprendió que los niños de la zona se dirigieran sin miedo a estas dependencias para leer sus libros, escuchar a los maestros, hacer sus dibujos y jugar a sus juegos. Los dibujos en las paredes hablaban de caras sonrientes, manos agitadas, risas y mensajes sobre la necesidad de perdonar. Un contraste total con los escombros del exterior que representan las vidas maltratadas.
 
También fui a lo que llaman las "torres", que son bloques de apartamentos sin terminar que se han convertido en albergues colectivos para las familias desplazadas. Allí conocí a una niña de 14 años de edad y su hermano menor, quienes, literalmente, han abierto por su cuenta un aula para ellos y sus compañeros. Los dos hermanos, cuya educación se vio interrumpida por el conflicto, han transformado su vivienda en un espacio de aprendizaje donde los niños van a estudiar compartiendo los libros de texto.
 

GARANTIZAR LA EDUCACIÓN

El mensaje común que recibí de los padres y todos los profesionales de la educación que conocí fue la necesidad de garantizar que los niños puedan completar su calendario escolar. Una parte importante de la infraestructura educativa de Homs se ha visto gravemente afectada por el conflicto, con muchas escuelas dañadas por los combates o convertidas en refugios para las familias desplazadas.
 
Naturalmente, esto entraña una presión enorme sobre las aulas que todavía están funcionando y los profesores, que tienen ante sí el reto de hacer lo imposible para enseñar en clases que duplican y triplican su tamaño habitual.
 
UNICEF está trabajando con sus aliados para ofrecer programas de refuerzo para ayudar a más niños a continuar con su educaciónCerca de 6.500 niños se han beneficiado de este programa en Homs y estamos trabajando para llegar a más niños durante las próximas semanas. Muy pronto dotaremos también a las escuelas formales de Homs con material escolar esencial para contribuir a aumentar el acceso y mejorar la calidad de la educación.
 
Aquí, he escuchado y visto mucho sufrimiento y desesperación, pero también me he encontrado con historias increíbles de personas que, en medio de todo esto, están haciendo todo lo posible para hacer frente a sus circunstancias y crear bolsas de esperanza en un mundo de caos.
 

SUMINISTROS PARA EL DURO INVIERNO

Nuestro aliado en el pueblo de Talbiseh, en la Gobernación de Homs, nos contó cómo las mujeres hacen frente a la escasez de ropa en medio de este duro invierno doblando mantas donadas. Estamos proporcionando suministros para el invierno y artículos no alimentarios a las familias afectadas, incluyendo paquetes de ropa de abrigo para los niños, pero desafortunadamente, debido a la magnitud cada vez mayor de la crisis, no hay suficiente para todos los niños que necesitan recibir el paquete completo.
 
Nuestro aliado en Talbiseh nos contó que van a desempaquetar el contenido de las cajas de ropa para niños que reciben de UNICEF y a distribuirlo entre las madres y niños según necesidades. "Así, por ejemplo, vamos a dar zapatos a un niño que los necesita y dar el pijama a otro niño que tiene zapatos pero no ropa".
 
Durante las dos últimas, los suministros de ayuda de UNICEF, que incluyen kits familiares de higiene, mantas, edredones, kits de comida y galletas con alto contenido energético para los niños han llegado a más de 67.200 personas en Homs.
 

APOYO PSICOSOCIAL

No me puedo imaginar el miedo que experimenta un niño pequeño con cada estallido que sacude la ciudad. La mayoría de los niños que vi mostraban signos de angustia. Por ello es muy importante que hayamos creado Espacios Amigos de la Infancia y prestado apoyo psicosocial a tantos niños como hemos podido.
 
Nos reunimos con algunas organizaciones locales que trabajan en proyectos psicosociales para discutir cómo podemos trabajar juntos. Son grupos de jóvenes enérgicos que nunca hubieran imaginado que algún día tendrían que hacer ese trabajo en su propia ciudad. Dada mi experiencia como terapeuta, me pidieron que les orientara en su trabajo y decidimos establecer un grupo de discusión de profesionales que se ocupara de establecer la escala y la magnitud de la ayuda que los niños necesitan.
 
Con los recursos apropiados y alianzas fuertes, podemos hacer mucho más. Me doy cuenta cada vez más del miedo que se ha infiltrado en las comunidades, en las cocinas de la gente, en las vidas de los niños. Nuestra labor en el área de apoyo psicosocial será muy importante para garantizar que los niños puedan recuperar la conexión con su infancia, y crecer hasta convertirse en pilares sanos y fuertes en su sociedad.