“Nos llaman las enfermeras del ébola. Nadie quiere acercarse a nosotras”

Por Jo Dunlop, consultor de UNICEF en Sierra Leona
 
La Unidad contra el Ébola del hospital del distrito de Kenema se ha convertido en lo que podría denominarse la “zona cero” del brote de ébola en Sierra Leona.
 
En el hospital, que está lleno hasta su capacidad, hay45 pacientes con ébola, y es probable que se ocupen más camas antes de que empiecen a vaciarse. Tal y como dijo un funcionario sanitario: “No podemos dejar salir a nadie, aquí es donde uno viene si tiene síntomas de ébola. Si nos vemos obligados a ello, instalaremos más camas”.
 
Detrás de la funesta valla de tela metálica y de las lonas de plástico que rodean al centro, se encuentran los héroes anónimos de las acciones de respuesta: los trabajadores sanitarios que arriesgan sus vidas para hacer su trabajo.
 
Desde que el pasado marzo apareciesen los primeros casos de ébola en el distrito de Kenema, el hospital ha perdido a 6 de sus trabajadores sanitarios por la enfermedad. La hermana Mbalu Fonnie, responsable del equipo de enfermería en este centro de tratamiento del ébola, falleció dos semanas después de haber contraído el ébola. La hermana Fonnie era unamentora, una líder y unaamiga para muchos.
 
La hermana Nancy Yoko llora cuando habla de su compañera, la hermana Fonnie. “Ella es la razónpor la que sigo viniendo aquí todos los días. Ella nos motivó. La vamos a echar mucho de menos. Pero yo voy a seguir viniendo aquí por ella y por los otros compañeros que han caído enfermos a causa del ébola”.
 
“Me enseñó muchas cosas, incluso cuando estaba enferma en el lecho. Me decía cómo hacer las cosas, nunca dejó de ayudar”, añade Nancy. El doctor Sheik Umar Khan, el únicovirólogo de Sierra Leona en la vanguardia de lalucha contra el ébola en Kenema, también murió por al enfermedad.
 

ÉBOLA: TRABAJANDO SIN DESCANSO

Debido al número de casos entre elpersonal y la alta tasa dedeserción de las enfermeras que no están dispuestas a correr el riesgo de exponerse a la enfermedad, hay una abrumadora escasez de personal sanitario en el centro. “No he tenido un día de descanso desde hace meses”, se queja la hermana Nancy, quien, como la mayoría de sus compañeras, ha trabajado enturnos de 12 horas todos los días.
 
En esas condiciones, quienes se encuentran en la primera línea corren un peligro aún mayor de contraer la infección. Cuando se usan correctamente, lostrajes de protección utilizados por el personal que entra en contacto con los pacientes proporcionan unescudo eficaz contra el virus. Pero los trajes sonincómodos, con dos pares de guantes, una mascarilla y unas botas, y se convierten en un horno bajo las temperaturas tropicales de Sierra Leona. Cuando los trabajadores sanitarios llevan largas horas en el pabellón, se cansan y están menos atentos.Cometen errores que aumentan el riesgo de contraer el virus.
 

ÉBOLA: VÍCTIMAS DEL ESTIGMA

A pesar de sus valientes esfuerzos y de sucompromiso inquebrantable, estas enfermeras también son objeto del estigma y delmiedo que han caracterizado a la epidemia desde que se declaró en Sierra Leona. “Se nos conoce como las enfermeras del ébola. Nadie quiere acercarse a nosotras. Las enfermeras de la Sala General no quieren hablar con nosotras. Incluso nuestras familias tienen miedo de que les infectemos con el virus”, denuncia la hermana Nancy. 
 
No obstante, ella continúa presentándose a trabajar todos los días. “No siento miedo. Soy enfermera. Yo estoy haciendo mi trabajo. Estamos capacitados para el sacrificio”, añade.
 
Además de ayudar en los esfuerzos de coordinación, UNICEF colabora con el Ministerio de Salud y Saneamiento de Sierra Leona, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros aliados para apoyar la respuesta médica y fortalecer lamovilización social y los mensajes en torno a la prevención para reducir la propagación de esta enfermedad mortal.