Las aguas subterráneas de Puerto Príncipe

Diana Valcárcel, coordinadora de proyectos de comunicación de UNICEF España y Yolanda Romero, responsable de comunicación de UNICEF Comité Cataluña, escriben diariamente un Blog para la página web del periódico ABC Bajo la tierra de Puerto Príncipe ya no hay tuberías. El12 de enero se destruyeron. El terremoto también se llevó por delante los tanques de agua y los inodoros.

De todas formas, antes de aquel día crítico, la cobertura de servicios sanitarios en Haití sólo alcanzaba al 17% de la población y el acceso a agua potable al 63%. El sistema de tuberías sólo existía para una pequeña proporción de los habitantes de Puerto Príncipe. La gran mayoría de la población, antes del seísmo, bebía agua comprada en botellas o pequeños saquitos de plástico.

Aunque los tanques de agua de emergencia instalados en los campos de desplazados están dando servicio a la mayoría de las personas, la falta de medios sanitarios es un asunto crítico que facilita la diseminación de enfermedades. La poca profundidad de la capa freática y la falta de espacio para instalar letrinas complican la búsqueda de soluciones sanitarias. Con la temporada de lluvias que acecha, la actual situación corre un gran peligro de empeorar. UNICEF, que lidera el grupo de trabajo de Agua y Saneamiento de la emergencia, está sumando esfuerzos con otras 50 organizaciones.Hoy hacemos la ruta completa para conocer cuál es el sistema de agua y saneamiento que tienen los habitantes de Puerto Príncipe. Sí, la ruta completa. Una parte de la excursión no es demasiado agradable: nos lleva al vertedero de Puerto Príncipe, donde se descargan toda la basura y los excrementos de la ciudad. Nuestra primera parada, a las 07:45 de la mañana, tiene lugar en Champ de Mars, un campo de desplazados que acoge a 20.000 personas, situado a escasos metros del Palacio Presidencial convertido ahora en una especia de tarta de novios aplastada. Los servicios sanitarios de este lugar están gestionados por Acción Contra el Hambre (ACH) con el apoyo de UNICEF. Dos días después del terremoto se puso en marcha el dispositivo de agua y saneamiento en Champ de Mars. UNICEF y ACH trabajaban en Haití antes del seísmo; por eso la respuesta fue tan rápida. ACH ha instalado 400 letrinas portables en Champ de Mars. Se calcula que hay una por cada 50 personas, mínimo establecido en situaciones de emergencia. Cuando nos acercamos a verlas nos encontramos con Josselyne, una de las 50 mujeres de la limpieza que se ocupan de mantener las letrinas. “Antes del terremoto era comerciante. Este trabajo me lo propuso un comité de la comunidad (la mayoría de los campos de desplazados tienen una jerarquía con un comité y un líder). Necesito sacar adelante a mis cinco hijos; mi marido murió en el terremoto”. ¿Cómo limpias los baños?, le pregunto. ”Pongo agua en un cubo (doy fe de que tiene que ir a los grifos de la plaza, a unos 200 metros y cargar unos 20 litros; lo hace sobre su cabeza), luego la echo en el inodoro, pongo desinfectante y lo seco con una toalla”. A continuación llega un camión a recoger los excrementos de las letrinas–lo hace diariamente- que serán llevados al vertedero de Trutier, en Puerto Príncipe. Es uno de los tres camiones que UNICEF ha alquilado; están de camino otros 20. Seguimos al camión. En el camino recogemos a Carl Henry Vielot, ingeniero responsable del vertedero. Lleva trabajando allí desde 1987. Tiene a su cargo a 60 trabajadores cuya responsabilidad es, a la entrada del vertedero, indicar a los camiones dónde deben depositar los deshechos. Hay tres zonas: basura, excrementos y restos bioquímicos. Desde el terremoto, el espacio del vertedero no es suficiente, ya que todo el vaciado de letrinas de la ciudad se hace aquí (aunque nos confirman que se hace mucho vaciado ilegal, en zonas no permitidas). Ya no hay tuberías. UNICEF, junto con la DINEPA (Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento del Gobierno haitiano) y un socio sueco, la Agencia de Contingencia Civil de Suecia (MSB), están buscando un terreno para instalar otro vertedero en los alrededores de Puerto Príncipe. Pero no es tarea fácil: la tierra es escasa para todos los campos de desplazados que se están creando cerca de la ciudad.