Empezar de cero

En el Norte de Madagascar, la última estación ciclónica destruyo todo lo que encontró a su paso: carreteras, puentes y pueblos enteros. Pocos días después, UNICEF estaba distribuyendo vivieres de primera necesidad a la población mas afectada. Cuatro meses después del último ciclón, UNICEF sigue apoyando a quienes más lo necesitan. En la mañana del 3 de abril, el agua arrastró la mayoría de las casas de la Comunidad de Ambondrona, donde vivían más de 700 personas.

Tras la catástrofe, decidieron trasladar el pueblo a un kilómetro, en la cima de la colina, para estar a salvo de nuevas crecidas del río. Con la perdida de todas sus pertenencias y la destrucción de sus casas, tuvieron que empezar de cero.

También la escuela quedó completamente destruida, por lo que los esfuerzos de UNICEF se centraron en lograr que los niños retomaran sus clases lo antes posible en un intento de recuperar la rutina tras la destrucción causada por los ciclones. Tras las vacaciones escolares de Semana Santa, y gracias a la instalación de dos tiendas de campaña y ladistribución de una “escuela en una maleta” de UNICEF, kit que contiene material escolar básico (libros, cuadernos, tiza, etc.), los niños reanudaron las clases. Tras el paso de los ciclones, más de 659 escuelas quedaron completamente destruidas. El Ministerio de Educación de Madagascar ha solicitado a UNICEF que reconstruya 95 escuelas en las cinco regiones afectadas por los ciclones. Una de esas 95 es la escuela de Ambondrona. Además, 90 estructuras resistentes a los ciclones, llamadas Alurondas, se van a construir con la participación de la comunidad. Las alurondas son unas estructuras de aluminio, que se cubren con materiales locales, y que cuando hay un ciclón, las puertas y las ventanas se abren y el aire destruye todo lo que hay dentro, pero la estructura no se viene abajo y pueden reconstruirlo facilmente. Estas 90 estructuras estarán instaladas antes del comienzo del curso escolar 2007/2008 el próximo mes de septiembre. El nuevo emplazamiento de la comunidad les supone, sin embargo, caminar largas distancias para ir a buscar agua. “Antes teníamos más tiempo para estar con nuestros niños, y hacer las labores de la casa o cultivar el campo, pero ahora tenemos que ir hasta el río, y allí el agua no es buena”, manifiesta Ndjrojo, una anciana de la comunidad. El agua del río no es potable lo que propicia la propagación de enfermedades derivadas de su consumo como la diarrea. “Es muy importante que esta población tenga acceso a agua potable para evitar enfermedades y mejorar las condiciones higiénicas” subraya el oficial de Agua y Saneamiento de UNICEF, Serafín. “En pocos días comenzaremos con la perforación del pozo, de unos 16 metros que estará listo en apenas una semana. El acceso a agua potable así como la sensibilización a la población sobre practicas higiénicas saludables, redundara sin duda en la salud de toda la comunidad, sobre todo en la de los mas pequeños”. ECHO, la Oficina Europea de Asuntos Humantarios, esta apoyando fuertemente el acceso al agua potable de las poblaciones mas afectadas en el Norte de Madagascar.