Derecho al saneamiento: al fondo a la derecha

Blanca Carazo Pérez

Blanca Carazo Pérez

Un domingo cualquiera, cerca del mediodía, un grupo de amigos se reúne para tomar el aperitivo en uno de tantos bares de nuestros pueblos y ciudades. Alicia, de 5 años, tira de la manga de su padre y murmura tímidamente: “Papá, tengo pis”. “Claro, cariño” Luis coge a Alicia de la mano y busca con la mirada a uno de los camareros. “Perdone, ¿los baños?”. “Si, por allí – señala – al fondo a la derecha”. ¡Por supuesto!

En todos nuestros bares, “al fondo a la derecha” o en cualquier otro lugar, hay baños. Más o menos limpios, más o menos bonitos, pero ahí están.  También en nuestras escuelas, nuestras bibliotecas, nuestros centros de salud. Y, por supuesto, en cada una de nuestras casas. Bañosretreteslavabosletrinas… distintos nombres para un lugar discreto e íntimo, para que, aunque apenas lo apreciemos, se cumpla nuestro derecho al saneamiento, ofreciéndonos salud, dignidad y privacidad.

AGUA Y SANEAMIENTO, DOS DERECHOS RELACIONADOS PERO INDEPENDIENTES

Este derecho al saneamiento, que la ONU acaba de reconocer como un derecho relacionado pero independiente al derecho del agua, no está garantizado en todas partes, ni para todos los niños y niñas del mundo. Más de 2.400 millones de personas siguen sin contar con un baño o letrina en buenas condiciones y 946 millones defecan al aire libre: en el campo, en el suelo, en cualquier parte, muchas veces, sobre todo para niños y mujeres, con riesgo para su seguridad, su salud y sus vidas.

“En Niger, al fondo a la derecha no hay nada, porque casi no hay cuartos de baño", me explica Pilar Palomino, especialista en WASH de UNICEF Niger. “Niger es el segundo país con la tasa de defecación al aire libre más alta del mundo, sólo después de Eritrea. El 73% de la población nigerina defeca al aire libre cada día, donde puede."

El saneamiento, un asunto un tanto escatológico del que a menudo nos resulta incómodo hablar, es fundamental para la salud de los niños y niñas, ya que aún hoy, la diarrea, muy vinculada con la falta de higiene, saneamiento y agua, es una de las primeras causas de mortalidad infantil. Y no solo eso, sino que recordamos también que un saneamiento adecuado es un factor clave para reducir la desnutrición infantil: sin saneamiento aumentan las diarreas y los parásitos intestinales. 

MADAGASCAR: EL 60% DE LOS NIÑOS CON DESNUTRICIÓN CRÓNICA DEFECAN AL AIRE LIBRE

Así nos lo explica desde Madagascar Silvia Gaya, responsable de Agua, Saneamiento e Higiene de UNICEF en ese país: “Madagascar es el 4º país del mundo con más desnutrición crónica y esto está estrechamente ligado a la defecación al aire libre, que practican 11 millones de personas. El 60% de los niños que sufre desnutrición crónica son niños que defecan al aire libre. Es decir, no utilizar una letrina está estrechamente asociado con otras privaciones de la infancia, como la desnutrición crónica, y también la falta de acceso al agua potable.”

Afortunadamente, y aunque no lo bastante rápido, esta situación está cambiando para muchos niños y niñas, gracias a intervenciones con enfoque comunitario que logran cambios reales y duraderos que comienzan con el compromiso de las comunidades de construir letrinascambiar hábitos y erradicar la defecación al aire libre.

En Angola, nos cuenta Tomás López de Búfala, la certificación de una comunidad como Libre de Defecación al Aire Libre (LDAL) es toda una fiesta. La señora Gloria Ecendje, de 61 años, explica con entusiasmo cómo esta iniciativa apoyada por UNICEF ha cambiado sus vidas. “Antes del proyecto nadie tenía letrinas en la comunidad, y para hacer nuestras necesidades caminábamos hasta un lugar oculto; ahora ya no tenemos que caminar para escondernos, tenemos un baño en nuestra casa como en la ciudad”.

MAURITANIA: BAÑOS IMPROVISADOS sobre LA ARENA caliente

Desde MauritaniaDavid Simón nos trae una historia muy inspiradora: “Fatoumata tiene 6 años y, para ella, hasta hace muy poco, al fondo a la derecha había arena, sol, viento… y más arena. Durante el día caminaba cientos de metros sobre arena ardiente para encontrar un poco de intimidad detrás de una acacia. Por las noches le daba miedo, mucho miedo. Tenía diarreas muy a menudo y, cuando le dolía la tripa, no se alejaba tanto de la “khaima” donde viven, y le daba vergüenza...

Un día llegaron Ahmed y Maimouna, unos animadores que trabajan con UNICEF. Con unos juegos muy divertidos consiguieron que Fatoumata y sus padres se dieran cuenta de la importancia de una buena letrina, con agua y con jabón para lavarse. Los padres de Fatoumata (como muchos otros padres del poblado) han autoconstruido una letrina con trastos viejos y ahora están ahorrando para construir pronto una con adobe (¡quieren ser los primeros del poblado en hacerlo!)”.

DERECHO AL SANEAMIENTO: UN LUGAR LIMPIO, CONFORTABLE Y SEGURO PARA IR AL BAÑO

Fatoumata, y todas las niñas y niños de países como MauritaniaAngolaMadagascar o Níger tienen derecho, al igual que Alicia, a encontrar “al fondo a la derecha” (o a la izquierda o todo recto) un lugar limpio, confortable y seguro donde hacer pis y caca. Así podrán mejorar su salud y su resistencia frente a la desnutrición, la diarrea u otras enfermedades.

Afortunadamente, cada vez somos más voces demandando este derecho, recogido también en el sexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. En palabras de Ban Ki Moon, Secretario General de Naciones Unidas “la Agenda 2030 nos compromete a renovar esfuerzos para proporcionar acceso a saneamiento adecuado en todo el mundo”.

Y volviendo a los bares, a mis compañeras y compañeros de UNICEF en NigerMadagascarAngola, y Mauritania; muchísimas gracias y os debo una ronda.

Post escrito por Blanca Carazo, responsable de programas de UNICEF Comité Español